Siento cómo renacen mis ganas de vivir. Me da por pensar en este proceso de rebrotar, de recomenzar, de florecer como las plantas y los árboles. Los días son más largos ahora, pero a mí se me hacen cortos. El tiempo pasa volando cuando disfruto de la compañía de mis amigos y familiares. Me dan más ganas que nunca de quedar con ellos, sentarnos, disfrutar de la sombra de la higuera y ya no levantarnos hasta la hora de comer.
Mayo nos regala la oportunidad de disfrutar de la naturaleza, de sentir el sol en la piel y de conectar con los demás en un entorno abierto y liberador. Y lo que más me emociona es la posibilidad de trasladar la mesa afuera, de volver a usar los vasos de colores, los manteles alegres y la vajilla de melamina que es tan apropiada para organizar meriendas bajo las buganvillas.
Las flores siempre han sido una debilidad para mí. Por eso, en esta temporada en la que están radiantes, no puedo resistirme a tenerlas cerca. Las disfruto tanto en el exterior como en el interior de mi hogar. Es maravilloso poder disfrutar de su esplendor y compartirlo con quienes me visitan.
Un cesto, un jarrón, una botella decorativa… Recién cortadas del jardín, silvestres o preservadas, las posibilidades para decorar la casa con flores son infinitas, lo importante es disfrutar de su belleza y su aroma. Hoy te traigo algunas ideas para que las pongas en práctica.