Y quien dice el salón, dice toda la casa. A la hora de vestir y cambiar mi hogar, las alfombras constituyen un elemento fundamental, al integrarse con facilidad en cualquier espacio. Lo mejor, dotan de estilo a una estancia, además de hacerla más acogedora.
Las alfombras de yute, hechas de fibras naturales, son ideales para reemplazar las calurosas alfombras de lana, propias del invierno. Mis colecciones Korla, Yarawa y Quianay llevan bordados motivos geométricos o florales en algodón lo que le añade un toque de originalidad con cierto aire boho. Dependiendo de su diseño, pueden contribuir a un estilo más rústico o incluso exótico. En función de estas características y tamaño puedes usarlas en la zona del sofá o para delimitar el comedor. Si te gustan los espacios de inspiración vintage, siempre puedes optar por alfombras de efecto desgastado o, si tus gustos van más hacia una decoración con toques orientales, las alfombras de estilo persa serán tu textil favorito.
Para mí las alfombras de exterior, son un imprescindible, ahora que paso más tiempo en la terraza y el jardín. Protegen mis pies del calor y puedo andar descalza con total tranquilidad. Si las combinas con otros textiles puedes conseguir un conjunto muy interesante.
No te olvides de las zonas de tránsito como pasillos o recibidor. Solo con una alfombra las cambiarás por completo. Si les añades una pieza decorativa, serán el centro de todas las miradas.