Si pienso en el Mediterráneo inmediatamente me imagino disfrutando del verano, cuando la prisa no existe y los días consisten en ir a la playa y echarse una siesta después de una buena comida. Esta visión siempre está acompañada por una sensación de tranquilidad, propia de la época estival y las vacaciones. ¿Quién no iba a querer retener ese sentimiento e intentar alargarlo en el tiempo todo lo posible? Yo desde luego sí. Porque el estilo mediterráneo es una forma de vida, que surge de la luz, del mar, del clima… y para mí siempre ha sido una gran fuente de inspiración en muchos sentidos, ya sea por el carácter de la gente que vive cerca de la costa, sus paisajes, su gastronomía, sus colores... La decoración de estilo mediterráneo ha sabido incorporar la naturaleza a los espacios cotidianos, creando una filosofía centrada en el bienestar. Por eso en los últimos años se ha convertido en uno de los estilos decorativos más reproducidos gracias a esa sensación de calidez que aporta a cualquier hogar.

Con la llegada del verano era inevitable que en mi nueva editorial no se viera reflejado este mar que me vio nacer y que es uno de mis principales estímulos creativos. Mediterranean Mood es una llamada a la calma y la sencillez del día a día, ese paréntesis donde los problemas desaparecen o, al menos, no están tan presentes en un ambiente más ligero, fresco y agradable. Es una invitación a trasladar esta sensación a tu hogar, con independencia de cuál sea tu lugar de residencia.

La decoración mediterránea aboga por los espacios serenos que evocan largos y relajados días de vacaciones, en los que no hacer planes es el mejor plan y se aprovechan al máximo los momentos de relax. De ahí que nada esté encorsetado. Lo más importante es que los espacios estén creados para ser vividos. Todo fluye y es equilibrado, sin la rigidez de otros estilos.

El clima suave, tan característico de esta zona, favorece la vida al aire libre donde disfrutar del sol y la brisa. Por eso decorar con estilo mediterráneo es una propuesta para que tu casa se abra al exterior, todo un homenaje a la libertad y a la belleza sin artificios, donde la luz es la auténtica protagonista. Los ambientes son sencillos y frescos, pensados para la slow life. Los interiores conectan con lo que hay fuera a través de las ventanas, terrazas, patios o jardines.

El azul del mar, en cualquiera de sus tonalidades, el amarillo del sol y los cítricos y los tonos tierra de la costa, como el beige y el ocre, combinados con el blanco, conforman una paleta de colores característica de la estética mediterránea. Materiales naturales como la madera, el mimbre o el yute, junto con el vidrio proporcionan luminosidad y generan sensaciones táctiles; al igual que los tejidos orgánicos, confeccionados con fibras naturales como el lino o el algodón. Los guiños hacia la tradición con el gusto por las antigüedades y a el trabajo artesanal, tanto en piezas decorativas como en objetos de menaje, son algunas de las claves del estilo mediterráneo.

En definitiva, la decoración inspirada en el Mediterráneo se caracteriza por crear espacios frescos, puros y genuinos, donde la naturaleza y la luz son fundamentales. Así que, ya lo sabes, si quieres tener una casa en la que sentirte de vacaciones durante todo el año, no te pierdas nuestra última editorialporque para disfrutar de ella no es necesario que estés en primera línea de playa.

Producto añadido a tu lista de favoritos