Son tantas las palabras que podría utilizar para describir este lugar que creo que este post se quedaría corto. Locanda Rosa Rosae es sin duda uno de los restaurantes y hoteles con más encanto de Veneto, apuesto a que solo con mirarlo pasará a formar parte irremediablemente de tu wishlist. Este molino rehabilitado y datado de 1570 alberga una extremada belleza, armonía y originalidad. Su ubicación, entre la exuberante campiña veneciana y Treviso, añade más encanto a esta boutique gesthouse, donde te sentirás como en casa solo con entrar. Así es Locanda Rosa Rosae, un alojamiento donde la autenticidad se convierte en nombre propio.

Imagen de Paulina Arcklin

Elisabetta y Silvio son los dueños y artífices de este milagro. Cuando este matrimonio descubrió este molino de agua completamente abandonado, se enamoraron de él y, bajo la convicción de que debía ser recuperado, iniciaron toda una aventura. Un desafío que supuso cuatro años de duro trabajo e investigación con el que consiguieron transformar una ruina en una hermosa posada que mantiene toda su identidad original con una energía mágica y un alma única.

Imagen vista en el blog de Alen Karuovic

La restauración se llevó a cabo de manera minuciosa, teniendo en cuenta la historia del edificio y su carácter austero del edificio. Para ello utilizaron materiales viejos y reciclados, dejando además las paredes desnudas hasta el ladrillo y preservando el piso y las vigas sin tratar, junto con los mecanismo que aún funcionan.

Imágenes de Paulina Arcklin

Para darle vida a este asombroso espacio, los propietarios han basado su decoración en la austeridad, elegante y esencial con escasos objetos, bien seleccionados y con fuerte carácter, donde la madera es el material protagonista y una clara apuesta por las antigüedades encontradas en sus viajes por Francia y Marruecos. Las piezas inesperadas,como las mecedoras Eames, rompen con un diseño de interiores monotemático. La planta baja cuenta con pequeños comedores, junto con la zona de almacén, con detalles geniales: cajas de madera, una balanza antigua, candelabros, lámparas enormes, libros o lámparas de cristal... Las flores, vegetación y la luz de velas son el resto de elemento que contribuyen a crear una atmósfera de romance y calidez.

Imágenes de Paulina Arcklin

Un fin de semana o una escapada de unos días puede ser un momento perfecto para experimentar todo lo que Locanda Rosa Rosae puede ofrecer. Sus cuatro habitaciones son impresionantes, todas con baños privados, y conservan el carácter vintage sin renunciar a la comodidad. Por la mañana te despertarás con un completo servicio de desayuno, que puede incluir desde frutas exóticas y tarta de queso ricotta hasta huevos recién horneados al estilo marroquí. No te pierdas la posibilidad de probar su café. Después puedes disfrutar de una visita por sus viñedos privados, un paseo en bicicleta por la localidad o simplemente relajarte en sus estancias, como su porche sombreado, o junto al arroyo. 

Imágenes de Paulina Arcklin

Pero es por la noche cuando comienza el hechizo en el momento en el que comienza a prepararse la cena, las mesas se visten cuidadosamente, se adornan con flores y son iluminadas por cientos de velas. Solo los huéspedes y aquellos que hayan obtenido una codiciada reserva son los afortunados que han podido degustar este banquete.

Imagen de la fotógrafa Nadia Di Falco

Te aseguro que la cena en sí es un verdadero festín para los sentidos, algo que nunca podría haber imaginado. Toda la comida es casera y está elaborada con mucho cariño.  Primero, las mesas están llenas hasta rebosar con quesos, aceitunas y antipasti, no dejes que esta abundancia te engañe, mucho más por venir. A continuación, se sirve un primi, luego un secondi que utiliza los ingredientes más frescos del día, todo maridado con buenos caldos, y finalmente, una abundante mesa de postres italianos que incluyen gelato casero, tiramisú, panna cotta, semi freddo. El tiempo pasa despacio y casi se detiene ya que esta velada absorberá al menos 4 horas.

Imágenes de la fotógrafa Nadia Di Falco

Sin duda sus paredes acogen no solo belleza, paz y familiaridad, sino también grandes dosis de inspiración y amor. Un enclave donde dejar aflorar y compartir emociones. No es de extrañar que en más de una ocasión se haya convertido en el escenario de celebración de bodas bodas. ¿Quién se apunta a esta escapada rústica que nos traslada a otra época?

Imagen de Paulina Arcklin

Aquí te dejo unas pistas si quieres trasladar este espíritu rústico con toques románticos y vintages a tu hogar.

Los materiales nobles como la madera y el metal son los protagonistas indiscutibles de esta propuesta, centrada de manera especial en la mesa. Accesorios, textiles, objetos de menaje, antigüedades e iluminación la completan. 1. Bandeja antigua Otumba, su carácter personal y único se refuerza con con la textura de la madera tallada y su acabado irregular. 2. Mantel de algodón Zinha, su sencillez hace que se adapte con facilidad a otros textiles y piezas, disponible en dos tonos. 3. Vitrina con balanza Roxana, esta antigüedad recuerda los antiguos mercados y objeto de menaje de gran atractivo. 4. Bandeja de metal plateada Hive con tapa de cristal. Es perfecta para mantener productos de repostería, quesos o aperitivos. Gracias a su tapa transparente puedes ver su interior. 5. Bandeja de cristal y madera Trade, un complemento bonito y práctico de gusto nostálgico. 6. Lámpara Thor, su base metálica de hierro reciclado en acabado óxido le da un acabado vivido muy especial. Combínala con una bombilla vista de estilo Edison y refuerza su apariencia vintage de corte industrial. 7. Mesa de comedor Oleg, este mueble es el centro de cualquier comida o celebración. Fabricada en madera de olmo de corte atemporal se ajusta a diferente números de comensales gracias a sus alas abatibles. Su balda inferior potencia su practicidad. Puede usarse como consola cuando está plegada.

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