Con Oporto no solo comparto inicial. Si fuera ciudad, me convertiría en ella por sus capas de historia que se dejan ver a través de su decadencia nostálgica. Oporto invita a quedarse, a perderse por sus calles y su legado. Tanto si puedes puedes pasar un buen puñado de días, como si solo puedes hacer un escapada, te recomiendo un lugar para quedarse desde el que puedes viajar sin salir de sus paredes: Hotel Torel 1884.

Este alojamiento consigue un equilibrio entre sus años de historia y la frescura de su reciente apertura. El impresionante palacio que aloja este lujoso hotel, se remonta, como su propio nombre indica, a 1884 y está impregnado del espíritu de los exploradores portugueses, cuando viajaban por el mundo descubriendo no solo tierras extranjeras, sino también especies, alimentos y nuevos materiales. Los tres continentes, África, América y Asia, representados respectivamente en sus tres plantas, son el hilo conductor que se tangibiliza en cada una de sus 12 habitaciones.

Su toque exótico está en todos y cada uno de los detalles; desde las especias, la seda hasta, café y té, así como porcelana y tapicería, que conviven con materiales lujosos y nobles como la madera, el granito o el bambú, colores terrestres, entre el beige, el verde y el marrón, fibras naturales, como el lino, el algodón o la cerámica, y plantas y animales de orígenes diversos que forman parte de su decoración y estampados. Todo ello nos habla también de la herencia de la artesanía portuguesa como homenaje y testimonio.

Nano Design ha sido encargado de desarrollar este proyecto, estudio que ya fue galardonado por el hotel boutique de arte Torel Avantgarde. Al igual que el artista Jorge Curval, quien también trabajó en Torel Avantgarde. Él es el responsable del diseño en las salas y espacios públicos a través de sus interpretaciones sobre los descubrimientos en sus obras. La propuesta mantiene la magestuosidad corte clásico de un edificio histórico. Sus techos altos, sus grandes ventanales y su espectacular escalera central ponel de manifiesto el rico y señorial pasado portugués.

El arte nos da la bienvenida en la misma entrada gracias al trabajo de Joao Pedro Rodrigues, quien creó la instalación inspirada en ”Las Lusiadas" de Luis Camões, la epopeya nacional de Portugal, que la relación entre el  mundo material y el inmaterial. Transformó la idea de las musas en la diosa de la naturaleza, que representa el mundo antimaterial y todo lo que viene con él: los espíritus, cómo nos sentimos con respecto al mundo, etc.


 
En Bartolomeu Bistro & Wine, un lugar íntimo y elegante, puedes sentir el ambiente perfecto para relajarte y disfrutar de una copa de buen vino Portugués, acompañado de una muestra de las mejores especialidades típicas Portuguesas. Inspirado en la selva africana las láminas con paisajes, los tejidos con animal print, el bambú y las palmeras se mezclan con naturalidad con el resto de la decoración colonial. Su nombre, tomado del explorador portugués, hace alusión a la primera persona en navegar por el extremo sur de África, estableciendo la ruta de Europa y Asia.

Si te ha parecido poco, también puedes visitar su segundo edificio ubicado en la calle paralela, la calle peatonal Rua das Flores, donde puedes encontrar 11 apartamentos, con el nombre de productos, alimentos, especias y materias, que los exploradores trajeron de sus viajes: caña de azúcar, cardamomo, seda o canela.


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Como reza en su propia web, "un lugar para soñar con el pasado, un lugar para celebrar el presente". ¿Te gustaría sentirlo en tu propio hogar?

1. Cama Némesis, este banco de madera de abedul tapizado destaca por su laterales señoriales que le dan una prencia clásica que destaca en cualquiera de tus estancias, en la entrada o como asiento complementario en tu salón o dormitorio. Sus materiales nobles permiten combinarlo con decoración natural y textiles.  2. Cuadro Mundi, lámina marítima que traslada el espíritu viajero y vintage a cualquiera de tus paredes, gracias a su carácter marinero y acabados envejecidos. Puedes combinarla con el cuadro Quebec (3), una minimalista lámina naútica con el dibujo técnico de una embarcación y hacer una bonita composición con un punto explorador. 4. Portavelas Heimdall, su estructura metálica y jarra de cristal tiene una marcada inspiración retro e industrial que nos transporta a un entorno marino. 5. Lámpara Velvet, su acabado dorado emvejecido y tulipa de terciopelo aporta un toque sofisticado, donde destaca la estructura de su base. 6. Silla de ratán Dover, su material, su estilo entre Art Noveau y Thonet y el diseño de su respaldo y posabrazos la convierten en una pieza digna para presidir cualquier estancia.

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