De todos los estilos de decoración, el rústico es quizás uno de los más sencillos y naturales. Con él, es increíble todas las sensaciones de paz y tranquilidad que logramos transmitir. Incluso yo, que soy una persona de grandes ciudades muy apegada a la vida urbana, siento una profunda placidez al decorar una casa rural. En realidad, es muy fácil identificarse con este espíritu bucólico y familiar. Los materiales, los colores, el mobiliario… Todos los elementos interactúan con el medio circundante y logran recrear el ambiente que todos deseamos. Hoy, toca liberarse del bullicio para sentir más que nunca los encantos de la decoración rural.

Ya lo habrás podido comprobar en mis posts anteriores, esta casa es ¡pura calidez! Entramos y el efecto “slow life” es inmediato. El salón, la primera estancia que nos recibe, es la expresión misma de lo que llamamos hogar. Techos de vigas de madera, paredes en tonos salmón, suelos de terracota, luces discretas y tenues, textiles que envuelven… Vamos, la decoración rústica en todo su esplendor.

Es un lugar que nos hace sentir libres, pero también muy protegidos. La paz reina aquí. No sé si tú, pero yo me veo ahí, acurrucada en una manta y perdiéndome en lecturas o viendo películas durante horas y horas. Los espacios están conectados entre sí, como es habitual en la decoración de casas rurales. Silenciosos, pequeños, pero tan cómodos… Así mismo, la cocina abierta se integra perfectamente al salón comedor y acentúa todo el confort y el carácter familiar de la planta baja.

Parece recóndito, pero en realidad es un lugar con un potencial increíble. En forma de L, la cocina explora más si cabe todas las características del diseño rústico. La presencia de la madera lo dice todo: aquí, premia lo natural y lo tradicional. Incluso el menaje y todos los accesorios se suman a este ambiente campestre tan auténtico. Imagínate un segundo: una mesa robusta sencillamente vestida, una vajilla artesanal y el mejor plato de la “terreta” para disfrutar en familia. En esta casa, la experiencia gastronómica también se vuelve más genuina, natural y pausada.

Una vida lenta, tranquila, donde menos es más y donde el lujo no tiene cabida. En la decoración de casas rurales con encanto, todo parece tener un objetivo en común: alejarse de las prisas y sentir cada momento. Por ello, la habitación es una estancia clave cuyo diseño debe reflejar toda esta calma. En este caso, se sitúa en la segunda planta y te prometo que pocas veces he visto dormitorios tan acogedores. ¿Subimos? Vale la pena, es el mejor refugio que cualquier hogar desearía tener.

En consonancia con la estética general, la habitación mantiene viva la conexión con la naturaleza. Los muebles son de madera maciza, la ropa de cama en algodón 100%, las lámparas de fibras y hasta los complementos de decoración son artesanales. Todo muy suave y acogedor para otorgar intimidad y muchísima serenidad.

Te lo dije, es como un refugio, un lugar apartado del mundo diseñado a conciencia para tu bienestar y tu comodidad. El espacio es equilibrado, armónico y generoso en todos sus aspectos. Aquí también es fácil perderse por completo y olvidarse de todo.

Me encantan todas las sensaciones que ofrece esta encantadora casa de campo. Gracias a la decoración, luce realmente bonita y única en su clase. El estilo rústico es simplemente mágico. Contágiate de sus buenas vibraciones y encuentra todo lo que necesitas en mi catálogo de decoración y menaje para diseñar la casa rural de tus sueños.

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