Cada vez estoy más convencida de que la decoración de nuestra casa influye de alguna manera en nuestra felicidad. Nuestro hogar dice mucho de nosotros, de cómo somos, cómo vivimos y cómo sentimos, pero también contribuye en nuestro estado de ánimo. Cada elemento en él es a la vez parte de nosotros mismos. Por eso, te aconsejo que siempre elijas muebles y accesorios que no sólo te gusten, sino que, además, estén en armonía con tus valores y tu personalidad.
Decorar una casa entera no es tarea fácil, lo mejor es centrarse en una estancia e ir dándole forma a través de los diseños, las texturas y los colores que mejor definan nuestro estilo. Pero ¿con qué espacio debemos empezar? Puedes hacerlo con el que quieras, por supuesto, pero el salón, por ser la estancia central de la vida de un hogar, es quizás el más adecuado. En él pasamos mucho tiempo y, tanto si quieres diseñar tu hogar desde cero, como si te has decidido a darle un nuevo aire, puedes sacar mucho partido a su decoración.
Los salones suelen ser amplios y luminosos, pero también necesitan ese toque de calidez que los haga confortables y agradables. Son rasgos que lo convierten en parte de nuestro hogar y que lo diferencian del resto, y están en el tipo de muebles que escogemos, en los accesorios que los acompañan, en las texturas y colores y en el tipo de iluminación que lo envuelve todo.