No sé si vosotros, pero yo trato de vivir esta época del año con mucha paz interior. Hemos celebrado el año nuevo por todo lo alto; también el amor tal como se merece; y sólo nos queda detenernos un poco hasta la llegada del buen tiempo. Llamémoslo nostalgia, introspección o simplemente relax… Lo cierto es que pienso aprovechar al máximo el final del invierno. Y para ello, no se me ocurre nada mejor que acomodarme en este rinconcito de mi casa del que ya os he hablado varias veces.

Definitivamente, este lugar es ¡una suerte! Ahí, leo, organizo mi agenda, a veces canto, también medito… Hago lo que me gusta y no podéis imaginar lo bien que me hace sentir. Me gusta estar ahí sola, conmigo misma; pero también reconozco que compartir este espacio con mis amigas alguna vez ha sido de lo más divertido. A ellas, este rincón les ha parecido un auténtico gozo y salieron con la idea de montarse uno igual en casa. ¿Y tú, te apuntas?

Junto a la chimenea, viendo el crepitar de la leña. En el ventanal, disfrutando de las vistas de la ciudad. En el salón, al pie del sofá o en la intimidad de la habitación… El lugar no importa. Escoge el que prefieras y el que tenga más oportunidad de darte el máximo nivel de tranquilidad.

Independientemente de que tu hogar sea clásico, moderno o rústico; la verdad es que lo que más necesitas para recrear un rincón relax es tu propia esencia. Ya sabes; tu identidad, tu personalidad, tu alma… Piensa que este espacio es un recogimiento, una conexión muy personal y un gran alivio emocional. Eso sí, hay elementos que no pueden faltar para lograr semejante efecto. Y en mi caso, son los tejidos orgánicos, las fibras naturales y los materiales nobles que más me ayudan

¡Cojines y más cojines! Para mí, son los reyes del confort. Y, en mi rincón, ¡cuántos más mejor! Los tengo de diferentes formas y elijo uno distinto cada vez que me siento ahí. Por supuesto, lo primero que he hecho al diseñar este pequeño espacio es poner una preciosa alfombra en el suelo. Redonda, rectangular, cuadrada… La forma no importa mientras sea bastante grande si te gusta tumbarte como a mí. Y claro, con unos cojines de suelo en algodón quedará fenomenal.

También es verdad que agradezco sentarme en el sillón tapizado. Está claro que es la pieza maestra de todo el espacio. A veces cambio, y pongo una silla de caña, u otra de ratán. Ya te lo he dicho, me encanta decorar y redecorar sin parar. Según el espacio que tengas, también puedes elegir un puf, un pequeño sofá de dos plazas, o incluso un sofá modular.

Bueno, el orden no es mi fuerte. De hecho, tengo libros inacabados en cada estancia de la casa. En mi rincón, más de lo mismo. Un cuaderno aquí, un álbum de fotos allá… Eso sí, para relajarme por completo, me he propuesto tenerlo todo a mano y los cestos de mimbre son una pasada para eso. Ahí pongo las revistas, las mantas e incluso me he atrevido a llenar uno de flores para darle un toque muy fresco.

Confieso que estos detalles decorativos me arropan muchísimo en mis momentos de relax. En una mesita auxiliar, he puesto alguna vela cuyo aroma me encanta. Y también una lámpara de bambú cuya luz tenue sumerge todo el ambiente en un perfecto estado de paz. Sí, incluso he llegado a quedarme dormida… ¡Para que veas cuánto consigo relajarme!

Estoy convencida que son estas pequeñas cosas las que convierten una casa en un auténtico refugio. Tu refugio… Ese lugar ideal para acabar el invierno con mucha fuerza y energía. Considera mi propuesta como una invitación al bienestar y echa un vistazo a todo lo que he diseñado para este fin. Recuerda, puedes encontrarme aquí, en mi tienda online o pasarte por unas de mis tiendas físicas. Ahí te espero con toda mi pasión por la decoración del hogar y con la clara convicción de que las casas reales existen.

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