El arte de vestir una mesa es efímero, lo que puede fomentar nuestra creatividad, porque con sólo algunos cambios podemos transformar completamente su decoración y transmitir ideas distintas. El menaje que elijamos será nuestra vía de comunicación con nuestros invitados, y la vajilla, entre todos los elementos, será el punto de partida. Debes elegir platos, cuencos y fuentes que hagan brillar tus creaciones, aunque sean sencillas, porque todo sabe mejor con un buen emplatado.
Yo, para esas ocasiones menos formales, donde siempre huyo de la pomposidad y dejo la puerta abierta a composiciones más atrevidas y coloridas, me decanto por las vajillas esmaltadas Guatapé y Colmar. Con ellas consigo ese toque de frescura y originalidad que busco, especialmente, en esas quedadas. Son las típicas vajillas peltre, fabricadas de acero y recubiertas con un esmaltado vitrificado, pero éstas se modernizan a través de alegres pinceladas de color. Ambas colecciones han sido personalizadas exclusivamente para mi marca, OFELIA Home & Decor, en un taller artesanal de Benicàssim, y llaman la atención por ser tan tradicionales e innovadoras al mismo tiempo.
Sobre un fondo blanco, las rayas, los cuadros y las flores aportan personalidad al diseño y a la mesa; y como no podía ser de otra forma, el filo de color preserva ese aire vintage del que casi nunca puedo prescindir. Son vajillas ligeras, resistentes y duraderas. ¡Qué más se puede pedir!