Los que me conocéis sabéis ya de sobra mi pasión por la decoración. Es algo que, de alguna manera, me ha acompañado desde siempre, y que con los años he ido perfilando. Además, gracias a mi curiosidad, a mis ganas de innovar y a mi gusto por los pequeños detalles, un día descubrí que sentía algo especial siempre que tenía que decorar una mesa. Desde entonces y hasta el día de hoy, puedo afirmar que me encanta organizar comidas y cenas en casa. Intento pensar en mis invitados antes de decidir qué vajilla escoger y qué accesorios decorativos quedarán mejor en mi decoración de mesa. ¿Y sabes qué? Me gusta hacer todos estos preparativos, tanto si se trata de una velada sofisticada como si se trata de una comida informal.

Ser una buena anfitriona no es tarea fácil, pero yo, que soy muy observadora, he procurado ir aprendiendo de las personas que me inspiran y trato de serlo siempre que tengo la ocasión. Con ello y mi buen criterio, lo cierto es que he conseguido desarrollar un estilo propio que se siente en las colecciones de menaje que quiero que conozcas, y en todos los complementos, tanto textiles como decorativos, que me gusta usar.

También he despertado mi lado culinario, y créeme, no hace falta ser una gran cocinera: hay algunos platos fáciles y rápidos de hacer con los que deleitar a los comensales. Son los que suelo preparar cuando recibo a mis amigos y son los que mejor lucen en mis vajillas de acero esmaltado.

El arte de vestir una mesa es efímero, lo que puede fomentar nuestra creatividad, porque con sólo algunos cambios podemos transformar completamente su decoración y transmitir ideas distintas. El menaje que elijamos será nuestra vía de comunicación con nuestros invitados, y la vajilla, entre todos los elementos, será el punto de partida. Debes elegir platos, cuencos y fuentes que hagan brillar tus creaciones, aunque sean sencillas, porque todo sabe mejor con un buen emplatado.

Yo, para esas ocasiones menos formales, donde siempre huyo de la pomposidad y dejo la puerta abierta a composiciones más atrevidas y coloridas, me decanto por las vajillas esmaltadas Guatapé y Colmar. Con ellas consigo ese toque de frescura y originalidad que busco, especialmente, en esas quedadas. Son las típicas vajillas peltre, fabricadas de acero y recubiertas con un esmaltado vitrificado, pero éstas se modernizan a través de alegres pinceladas de color. Ambas colecciones han sido personalizadas exclusivamente para mi marca, OFELIA Home & Decor, en un taller artesanal de Benicàssim, y llaman la atención por ser tan tradicionales e innovadoras al mismo tiempo.

Sobre un fondo blanco, las rayas, los cuadros y las flores aportan personalidad al diseño y a la mesa; y como no podía ser de otra forma, el filo de color preserva ese aire vintage del que casi nunca puedo prescindir. Son vajillas ligeras, resistentes y duraderas. ¡Qué más se puede pedir!

Las últimas tendencias en decoración de mesa apuntan hacia un eclecticismo que me encaja a la perfección cuando quiero evitar todo convencionalismo. Por eso, me inclino por la combinación de estas dos vajillas de acero esmaltado, por vasos de cristal con funda de mimbre, por accesorios de fibras naturales y por textiles de algodón. Una unión de materiales de distinta índole, y una explosión de color que nace de los diseños más audaces y que sucumbe al sabor de los manjares.

Como veis, cada detalle cuenta, tanto para causar una buena primera impresión como para seguir sorprendiendo a aquellos que ya te conocen. Es más, puede que sea más difícil mantener ese efecto sorpresivo en tus comensales cuando ya saben tus gustos y preferencias. Pero, aun así, a mí me sigue entusiasmando la idea de poner y ambientar la mesa. Quiero hacerlo con la misma exclusividad con la que elijo todas mis colecciones y te invito a descubrir mi categoría menaje para que tú también encuentres tu estilo y puedas transmitirlo a través de tus propias decoraciones.

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