No hay nada que me guste más que cambiar de opinión. Durante años nunca visité Ibiza, asustada por la idea de encontrarme un lugar ruidoso, fiestero y orientado solo al lujo desenfrenado.

Cada vez más necesito disfrutar de mi tiempo libre en sitios acordes con mi visión, atentos al respeto de la naturaleza y donde me sienta alejada del runrún cotidiano.

Hoy, desde mi sitio favorito de Madrid, aún con dificultades para volver a la rutina, os puedo decir con seguridad que me equivocaba, hay un lugar en “La Isla bonita” que representa todo lo que estaba buscando: La Granja Ibiza.

Foto de La Granja Ibiza

De la mano de Friends of a Farmer, este espectacular hotel alternativo, que surge dentro de un bosque de pinos en San Mateu, ofrece la posibilidad de disfrutar de una experiencia rural y comunitaria.

Fotos de Nomad Bubbles

Accesible solo a miembros, la increíble decoración, mixta entre el rústico mediterráneo y el wabi-sabi japonés, te aleja de la realidad para acercarte a lo más natural y genuino.

Acorde a los principios de la filosofía japonesa, todo el interior, diseñado por Armin Fischerse, se encuentra decorado con materiales naturales, colores cálidos y mobiliario antiguo. En cada rincón del espacio se puede apreciar el paso del tiempo, el respeto de la trasformación y la búsqueda de la belleza de la imperfección.

Fotos La Granja Ibiza

En las mismas tierras donde surge el hotel, el agricultor Andy Szymanowicz produce biológicamente muchas variedades de verduras y junto al chef José Catrimán proponen un menú slow food mezclando el resultado de la agricultura biológica con el pescado de la isla.

Fotos La Granja Ibiza

Si todavía no estás convencida de que La Granja es el lugar perfecto, añado que se organizan talleres de Yoga, Mindfulness y conferencias sobre temáticas sostenibles.

Foto La Granja Ibiza

He encontrado mi lugar en el mundo, ¿Tú a qué esperas en visitarlo?

También puedes volver al origen en tu propia casa con esta propuesta de muebles, textiles y objetos de decoración basados en materiales naturales y nobles.

1. Sofá Eaco de cuatro plazas en madera de abedul, el acabado deshilachado de su textil te llevará a la esencia del material. 2. Jarrón de papel Dalat, esta antigüedad te sorprendera por el contraste de su apariencia robusta con lo ligero de su material. 3. Macetero Kilauea, su acabado irregular se adapta a la perfección a ambientes rústico. 4. Lámpara colgante Trapez, la textura de la rafia aporta estilo con su sencillez a pesar de su sencillez. 5. Alfombra de yute Azteca, su cenefa de círculos y fibras vegetales aportan calidez sin sin importar la época del año. 6. Flores secas Coco Twig, su sobriedad
y tonos neutros permiten integrarlo con facilidad en cualquier espacio. 7. Sillón de bambú Amoreira, la mejor butaca para contemplar la naturaleza.

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